(Palermonline Noticias del Barrio de Palermo 26 de agosto de 2010)
CRÍTICA por EL ORÁCULO
Una música grata
Marguerite Duras es una autora ineludible de la segunda mitad del siglo XX. Guionista de la mítica “Hiroshima mon amour” y autora de “El amante de la China”, sobre la que se realizó un película emblemática, su obra transita por la cornisa de los amores apasionados y clandestinos.
“La música”, de 1967, reúne en un hotel y a lo largo de una noche, a una pareja que se ha separado dos años atrás y se disponen a resolver los últimos trámites del divorcio.
Retazos de historias antiguas empiezana aparecer en una pareja originalmente unida por la pasión, invadida por la infidelidad y sumergida en la competencia y la alienación. El amor en sus últimos estertores y una sutil carga erótica que une aún a los protagonistas.
La dirección de Maribé Lancioni ha optado por generar un espacio televisivo, ámbito para el que fue pensada la pieza... Lancioni confía en el texto y toda su apuesta está ahí, y no se equivoca en el sentido de que el texto tiene tensión y expresividad y mantiene la expectativa. Los actores protagónicos, Jorge Sánchez Mon y Gloria Gamallo, sin duda de muy buenos recursos expresivos, tienen momentos de lucimiento.
… el detalle de una cajita de música que reproduce el encantador “L’hymne à l’Amour” de Edith Piaf, ofrece un toque sutil y dramático a la vez. María Zavaleta y Daniel Volonte, amantes de uno y otra, tienen una participación secundaria. Zavaleta tiene una mínima ocasión de demostrar sus condiciones y lo hace.
El diseño de iluminación es excelente y contribuye al clima de una obra que se puede “escuchar” y permite reflexionar.
Andrea Feiguin
15.5062.1635
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En Marguerite Duras el amor tiene sus fases, desde la rosada pasión inicial, pasando luego por las casi inevitables mentiras y el ocultamiento de hechos oscuros que empujan los amantes a la separación. En los meticulosos e intensos textos dramáticos de la escritora nacida en Saigón, Vietnam, se palpa suaves respiros de su propia enmarañada vida afectiva. Un buen ejemplo es “La música," una pieza exquísita pensada en principio para la televisión, una historia sobre el amor y su disolución. Duras se especializó en desnudar, analizar y buscar la lógica que se oculta en las entrañas de los conflictos emocionales, para luego esenificarlos...
A punto de concretar los últimos detalles de su divorcio, una pareja se encuentran fugitivamente en un hotel para revisar su pasado y decir cara a cara lo que ni el esposo y la esposa pudo decir jamás durante sus 20 años de matrimonio. Con ese planteo, presente desde el principio del espectáculo, algunos de los espectadores comienzan a redactar en sus propias cabezas los diálogos de los personajes. De este modo enriquecen el conflicto dramático en el escenario con sus propias experiencias en pareja.
En "La mùsica," en vez de huir tras el fracaso, el esposo y la mujer (cada uno ya con su amante) se encuentran en un espacio íntimo para revisar lo que les pasó. y para dar el adìos final. Ese encuentro tiene dos poderosos elementos escénicos: los silencios llenos de significados y un subtexto, o sea , lo sus palabras ocultan. Frases a veces inacabadas que llenan el escenario del teatro Patio de Actores de Buenos Aires con un aire denso en emoción, una emoción fuertemente retenida.
El nombre de la pieza no se debe sólo a la cajita de música presente en el escenario--es ademàs el leit motif de la obra, como si una relación amorosa fuera una especie de sinfonía pos-moderna. La pareja entran en la pieza del hotel con la piel tensa para acordar sobre los últimos detalles su divorcio; un divorcio que formalizará otra vida afectiva:cada uno tiene un amante, apenas un toque escénico que da un matiz barroca a la puesta.
Hay poesía densa en la economía de la expresión y en el gesto de los actores en la puesta de Maribé Lancioni. Si bien los movimientos escénicos parecen a primera vista excesivamente pautados, esa impresión desaparece a través del desarrollo de un conflicto. La lentitud termina dando énfasis a un concepto dramático importante: la existencia de un concepto algo indefinido de tiempo, casi ritual, que envuelve y atrapa a la pareja en su adiós prolongado.
Dijo Duras alguna vez sobre los personajes de La música: “a esos dos en ese hotel…yo los haría hablar durante horas y horas. Nada más que por hablar… “
Al final, hay una carga muy fuerte de emoción. A través de los silencios, las miradas y los discursos recortados los personajes intentan tapar su emoción...salvo algún momento cuando insinúan un regreso afectivo pero al final los ojos del actor Jorge Sánchez Mon se enrojecen de lágrimas. Ella ya se fue. ¿Es el final o el comienzo?
Andrea Feiguin
15.5062.1635
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